domingo, 25 de enero de 2015

¿Pueden los libros definirnos, impulsarnos o cambiarnos? Parte 2: El Escritor

A la hora de escribir, sea de oficio o hobbie, ¿Buscamos un lector específico? ¿O pretendemos que nuestro escrito tenga la fuerza suficiente como para inventarlo?


Uno cuando escribo sin importar si hay obligación o es simplemente por gusto, tiene en su mente muchas cosas mas que personajes, momentos y atmósferas. 

Quizá soñamos con modificar una persona, hacerle un bien o cambiar su forma de pensar en malos momentos, levantar los ánimos, sorprender... 

Sinceramente no he leído "El lector modelo" (Umberto Eco), pero me pregunto a veces cuando escribo: ¿Busco inventar un nuevo tipo de persona? ¿O pretendo adaptar o que se adapten a mi estilo? Suelo dudar también si generará la misma sensación que a mi me genera una determinada parte de esas letras, por ejemplo el factor sorpresa: ¿Creará una ilusión o la destruirá? ¿Hará que la persona tenga ganas de seguir o me insulte por lo bajo tirando el libro en algún rincón oscuro para nunca mas agarrarlo?

Tantas dudas genera la literatura como lector, como escritor, y seguro que también como personaje (si es que ellos tienen vida). Los sentimientos suelen jugar un papel muy importante en el momento de plasmar ideas en papel, no se escribirá de la misma forma una idea al estar triste que al estar alegre; entonces las correcciones ¿son "válidas"?

Que la capacidad de crear universos, adaptarle momentos y personajes esté en nuestras manos es tan increíble como peligroso para nuestra mente, quién sabe cuando podemos perder la capacidad de reconocer los límites...

¿Cuál es tu opinión y cuales son tus preferencias?

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